domingo, 1 de mayo de 2011

CINCO MILLONAES DE PARADOS. PARO Y MAS PARO. PROFESOR BLANCO VALDES

L a existencia de la red, gracias a la cual podemos consultar en nuestra casa periódicos antes accesibles solo en una hemeroteca, hace hoy posible rememorar, palabra por palabra y fecha por fecha, lo que tanto Zapatero como sus ministros han dicho sobre el desempleo y, en general, sobre la crisis, en los tres últimos años: en resumen, que las cosas mejorarían en el próximo trimestre y que nunca superaríamos, primero los cuatro millones, luego los cuatro y medio y, ahora ya, los cinco millones de parados.
¿Cómo es posible, con ese panorama, que -según acaba de hacerlo Rubalcaba una vez más, al asegurar que el desempleo ha tocado techo finalmente- mantenga el Gobierno esa práctica, tan falta de vergüenza, de hablar del paro como si el hecho de que el nuestro doble la media de la Unión Europea y triplique ya al de Alemania fuera una especie de maldición divina, en la que el Ejecutivo no tienen responsabilidad de ningún tipo?
Aunque la respuesta a esa pregunta admite abordajes diferentes, hay uno que creo decisivo: que el Gobierno se beneficia objetivamente de una marca -la genérica marca socialista, es decir, la de la izquierda- que hace, de mala fe, decir a alguna gente y suponer, de buena fe, a mucha más, que en realidad un Ejecutivo del PSOE no puede tener en su fracaso en la lucha contra el paro la misma responsabilidad que tendría uno de derechas.
Dicho de otro modo, si fuese Rajoy quien estuviese gobernando, la ventaja electoral de la oposición sobre el Gobierno sería muy superior a esos diez puntos que según el CIS mantiene el PP sobre el PSOE, pues los dos grandes sindicatos, los medios de comunicación que se afirman más independientes, y esa intelectualidad sedicentemente progresista que hoy no abre la boca como no sea para defender a quien ha llevado a España al pavoroso desastre en el que está, hace ya mucho que hubieran proclamado su particular Delenda est Carthago («Cartago debe ser destruida») tocando a rebato contra un equipo gobernante que, como ha hecho el actual, hubiese dirigido al país hacia el abismo.
Son esos apoyos increíbles, determinados por el más romo sectarismo partidista, los que explican que el Gobierno de los casi cinco millones de parados siga no solo aguantando, sino que se permita incluso el lujo de dar lecciones a diestra y a siniestra, tras dos años anunciando en falso constantes brotes verdes. De hecho, solo el compromiso de otros muchos con la veracidad informativa -como el de este periódico, el sexto preferido por los españoles, según el CIS, para informarse de política- ha evitado el triunfo de un devastador maniqueísmo partidista por virtud del cual el que un Gobierno lo haga bien o lo haga mal no depende de sus propuestas o de sus realizaciones en economía o en política, sino nada más de su color.

No hay comentarios:

Publicar un comentario